
Fisioterapia Geriátrica

Fisioterapia Geriátrica: clave para un envejecimiento activo y saludable
La fisioterapia geriátrica se ha consolidado como una herramienta esencial para promover un envejecimiento activo, seguro y con la máxima autonomía posible. En un contexto demográfico en el que la población mayor representa una proporción cada vez mayor, la intervención fisioterapéutica dirigida a las personas mayores se posiciona como un pilar para mejorar la movilidad, reducir el dolor, prevenir complicaciones asociadas al envejecimiento y favorecer la participación social. Los planes personalizados desarrollados en residencias de mayores de Málaga, como Residencia Santa Ana, permiten atender de forma integral las necesidades físicas, emocionales y sociales de las personas usuarias, promoviendo su bienestar general y su calidad de vida.
Enfoque centrado en la persona de la fisioterapia geriátrica
La fisioterapia geriátrica se apoya en marcos conceptuales modernos que priorizan la Atención Integral Centrada en la Persona. El trabajo en equipo interdisciplinario es la piedra angular de la intervención. Los fisioterapeutas coordinan con médicos, enfermeros, terapeutas ocupacionales, psicólogos y trabajadoras sociales para evaluar de forma global el estado físico, la historia clínica, el nivel de dolor, la movilidad y, muy especialmente, los objetivos personales de cada usuario. Este enfoque garantiza que los planes de tratamiento no solo persigan mejoras motrices. Sino también metas relevantes para la vida diaria, como participar en actividades de ocio, mantener la independencia en las tareas básicas o mantener vínculos sociales activos.
Envejecimiento y cambios funcionales
El proceso de envejecimiento conlleva cambios naturales en el cuerpo que pueden afectar la movilidad, el equilibrio, la coordinación, la densidad ósea, la postura y la fuerza muscular. La fisioterapia geriátrica aborda estas modificaciones desde una perspectiva preventiva y terapéutica, con el fin de conservar la funcionalidad y la autonomía el mayor tiempo posible. Entre los retos habituales se encuentran la degeneración articular, la reducción de la masa muscular, la sarcopenia, la osteopenia u osteoporosis, alteraciones en la propiocepción y dificultades en la realización de actividades diarias. Frente a ello, se implementan estrategias de ejercicio terapéutico, movilización, educación para la autocuidado y adquisición de hábitos saludables.
El papel del fisioterapeuta en el entorno geriátrico
El equipo de fisioterapia en residencias de mayores y centros de día no solo actúa sobre aspectos puramente motrices. Sus intervenciones buscan generar un impacto positivo en la autoestima, la motivación, la sensación de seguridad y la capacidad de socialización de las personas mayores. Así lo manifiesta el propio Juan José Bello, fisioterapeuta de la residencia Fort Pienc del Ayuntamiento de Barcelona: «La práctica de ejercicio y la fisioterapia tienen un impacto muy positivo en la vida de los y las residentes, sobre todo en aquellas personas que ganan la autonomía necesaria para hacer o recuperar actividades básicas del día a día: desde ir a comprar, salir a tomar el sol a la plaza o, simplemente, dejar de tener dolor o tener menos». Estas palabras subrayan el valor terapéutico del abordaje personalizado y la importancia de mantener a la persona en el centro de cualquier estrategia de cuidado.
El ejercicio físico adaptado: fundamentos y metodología
La práctica de ejercicio físico adaptado es la columna vertebral de la fisioterapia geriátrica. Siguiendo la metodología de Atención Integral Centrada en la Persona, los fisioterapeutas trabajan de forma coordinada con equipos interdisciplinarios para evaluar:
- Estado físico
- Historia clínica
- Nivel de dolor
- Movilidad
- Objetivos personales de cada usuario
A partir de esta valoración, se diseñan planes de trabajo individualizados que contemplan las dimensiones física, emocional y social de la persona. El objetivo principal es reducir el dolor crónico y mejorar la salud física, así como el bienestar emocional y social. Erik Del Rio, fisioterapeuta del Centro de Día de Montcada i Reixac explica que «muchas personas usuarias vienen con ganas de participar en las sesiones porque saben que, después, se sentirán mejor, más ágiles y con más energía». También señala que muchas personas refieren tener «menos dolor», especialmente tras tratamientos con termoterapia y terapia manual. Estas experiencias subrayan la eficacia de una intervención basada en la evidencia y adaptada a las necesidades específicas de cada persona.
Beneficios clave de la fisioterapia geriátrica
La práctica de ejercicio y las intervenciones fisioterapéuticas en la población mayor ofrecen beneficios amplios y sostenidos:
- Alivio del dolor crónico: la fisioterapia aborda la artrosis, retracciones musculares, hombro doloroso, entre otros cuadros, mediante terapias manuales, ejercicios terapéuticos y modalidades físicas adecuadas.
- Prevención de caídas y lesiones: se trabajan ejercicios de equilibrio, fuerza, coordinación y educación para la seguridad en el hogar y en entornos comunitarios.
- Preservación de la autonomía personal: facilitar la marcha, la vestimenta, la alimentación y otras actividades básicas de la vida diaria, contribuyendo a mantener la independencia.
- Estimulación de la capacidad motora en deterioro cognitivo: la intervención motora puede ayudar a mantener patrones de movimiento y memoria corporal, favoreciendo la participación en actividades diarias.
- Mejora de la fuerza, flexibilidad y movilidad articular: la combinación de ejercicios de resistencia, movilidad articular y estiramientos mantiene o mejora el rango de movimiento y la funcionalidad.
- Estimulación de la capacidad respiratoria y circulatoria: ejercicios de respiración, movilidad torácica y fortalecimiento muscular ayudan a optimizar la eficiencia respiratoria y la circulación.
- Mejora del estado de ánimo, calidad del sueño y vitalidad: la actividad física regular está asociada a beneficios psicoemocionales y a una mejor conciliación del sueño.
- Recuperación funcional tras intervenciones quirúrgicas o fracturas: la fisioterapia facilita la readaptación funcional y acelera la recuperación.
- Fomento de la socialización: las actividades grupales crean vínculos entre personas y reducen la sensación de soledad y aislamiento.

Resultados esperados y evaluación de impacto
La evaluación continua y la revaloración periódica de cada usuario permiten ajustar los planes de tratamiento en función de la evolución clínica y de los cambios en las metas personales. Los resultados esperados incluyen reducción del dolor, mayor autonomía para las actividades diarias, mejora de la capacidad de movimiento, mayor participación en actividades sociales y mejoría del estado de ánimo y la calidad del sueño. La eficacia de estas intervenciones se sustenta tanto en evidencias clínicas como en la experiencia de los equipos de fisioterapia geriátrica. Que observan mejoras tangibles en la funcionalidad y en la percepción de bienestar por parte de las personas mayores.
Desafíos y oportunidades futuras
Entre los desafíos relevantes se encuentran la necesidad de adaptar continuamente los programas a la diversidad de condiciones geriátricas, la incorporación de nuevas modalidades terapéuticas basadas en evidencia. Y la gestión de recursos para garantizar un acceso equitativo a la fisioterapia geriátrica en residencias y centros de día. Las oportunidades futuras pasan por la ampliación de programas de ejercicio en la comunidad. La implementación de tecnologías de monitoreo a distancia y la incorporación de prácticas de educación para el autocuidado que empoderen a las personas mayores y a sus familias. Asimismo, la formación continua del personal y la colaboración estrecha entre los diferentes agentes del sistema de cuidados son elementos esenciales para sostener y ampliar los beneficios de la fisioterapia geriátrica.
Conclusiones
La fisioterapia geriátrica es, sin lugar a dudas, una disciplina transformadora para las personas mayores. No se limita a la mejora de la movilidad o al alivio del dolor. También facilita la preservación de la autonomía, fomenta la inclusión social y promueve un envejecimiento con dignidad. Al trabajar desde un enfoque centrado en la persona y en coordinación con equipos multidisciplinarios. Los profesionales de la fisioterapia ofrecen intervenciones que integran lo físico, lo emocional y lo social. La práctica diaria de planes personalizados demuestra que un envejecimiento activo es deseable y alcanzable. Gracias al cuidado excelente, la innovación y el compromiso con la calidad de vida de las personas mayores.
Finalmente, la fisioterapia geriátrica representa una inversión en salud y bienestar que se traduce en una vida más autónoma, más segura y más plena para las personas mayores. Cada sesión, cada ejercicio y cada interacción profesional contribuyen a un objetivo común: permitir que las personas mayores vivan con la mayor autonomía posible. Manteniendo su dignidad, su autoconfianza y su participación activa en la comunidad. En este sentido, la labor de los y las fisioterapeutas en residencias y centros de día se configura como un recurso humano y técnico imprescindible para un envejecimiento saludable y con calidad de vida.
